viernes, 22 de mayo de 2015

La disrupción digital a la vuelta de la esquina

Hay una palabra que empieza a estar de moda; que ha dejado de estar circunscrita a ámbitos reducidos y está saltando a las páginas de los periódicos —medios de comunicación centenarios que pocos les pronostican un largo futuro. Esta palabra es disrupción. La nueva tecnología está produciendo un cambio disruptivo lo que viene a significar que se está entrando en una etapa de reinvención completa. Todo recibirá un cambio a partir de la huella digital.

Hasta ahora se ha estado en el mundo digital, en líneas generales, como espectador. Como consumidor, podríamos añadir, si se ha pasado por las etapas de PC, smartphone o incluso tableta. Pero esta fase está concluyendo. Ahora la ola digital llegará mucho más lejos provocando cambios —en un plazo de 10 años, para dar una cifra optimista; o de cinco años o menos si se quiere ser más realista— que harán tambalear nuestro mundo no como usuarios, sino —y eso hay que subrayarlo bien— como productores, como trabajadores o profesionales.

La digitalización de todo generará cambios en todos los ámbitos. A nivel de las ventas (ya lo vemos con el auge del comercio electrónico) y de las industrias, con la introducción a gran escala de las máquinas inteligentes (learning machines) —máquinas que al recibir datos, en tiempo real, de los productos fabricados, instalados y vendidos, adaptarán y mejorarán sus nuevas producciones para hacer unos productos más eficientes y tener, en último término, más fidelizados a sus clientes.

Eficiencia y racionalidad. He ahí dos conceptos que cada vez más van también esparciéndose por el mundo productivo. Esto puede considerarse como una repetición, pero ahora a gran escala, de la aventura empresarial de Michelin. Nos referimos a aquel joven francés François Michelin que a mediados del siglo XX entró como gerente de la empresa de neumáticos, una empresa que procuraba subsistir en un mundo de gran competencia. Después de hablar con todos los trabajadores y escuchar sugerencias, François Michelin recogió una para hacer un tipo de neumático que fuera más bueno y resistente que los que hasta entonces se habían fabricado... Ante esta idea, los otros directivos de la empresa se asustaron. La empresa quebraría. Si los neumáticos nuevos duraban mucho más que los que hasta entonces se hacían, ¿cómo mejorarían las cuentas de resultados? Michelin no dudó en introducir los cambios pertinentes y comenzó a hacer los nuevos neumáticos. Las nuevas ruedas tenían mucho más recorrido y mucha más seguridad. Los neumáticos eran mucho más eficientes (hoy eso se llama innovations de rupture). Y, con ello, paradójicamente, aumentó el número de clientes y hasta hoy llega la historia de aquella empresa entonces de nivel medio que se llamaba Michelin y que hoy todo el mundo conoce.

Eficiencia, racionalidad y digitalización bien conjuntados significa hacer mejores productos; más adecuados e incluso estrechamente adaptados a los usuarios. ¿Por qué hacer coches que alcancen altas velocidades si hay un sector de compradores que no necesitan estas prestaciones? Con ayuda de los big data —datos que las piezas de las máquinas en funcionamiento irán enviando a los respectivos fabricantes para dar noticia de su uso, desgaste e, indirectamente, modificación posible— el mundo industrial está entrando en una etapa que requerirá unos profesionales con unas competenciasskills— que, en lineas generales, hasta ahora han resultado bastante superficiales. De hecho el mercado laboral tampoco lo exigía. Pero ahora —en esta etapa de disrupción— las cosas están cambiando y lo hacen de forma más bien acelerada. Ahora el impacto digital está llegando al mundo laboral y aquel que no se prepare para esta nueva época puede quedarse peligrosamente al margen. Es una época que se vislumbra de gran creatividad —de hecho todo está por hacer; habrá que modificarlo todo, poniéndole un 'barniz' digital. Es una época de esfuerzo y de aprendizaje continuado. Estamos hablando de una época de cambios sin fin. ¡Hay tantas cosas por hacer con ayuda de la digitalización! ¡Hay tanto por innovar (por promover "innovations de rupture")! ¡Tanto por aprender!