jueves, 26 de mayo de 2016

El nuevo mundo personalizado

Si los contratiempos que nos están tocando vivir —un débil liderazgo en una Europa con intenciones disgregadoras; unos Estados Unidos con tentaciones autárquicas; desenfrenos en el mundo de Oriente Medio que sacuden profundamente—, si estos contratiempos se llegan a controlar, se podrá acceder, gracias al gran cambio tecnológico, a un nuevo mundo personalizado (Personalized World). Todo, todo, se fabricará, se construirá a nivel muy personal. Se está terminando la época de las prendas, muebles, cocinas y electrodomésticos, por poner unos ejemplos, estandarizados. Se termina con los coches fabricados en serie. Estamos entrando con los jerséis o las joyas hechas por encargo y cuidadosamente personalizados. Todo será personal y reflejará nuestros gustos, inquietudes, deseos o necesidades. Se terminará paulatinamente con la igualdad externa (la interna es otra cosa; esa depende de los sistemas de adiestramiento "intelectual" que uno ejercite).

Los seguros de los coches, por seguir con ejemplos, también estarán personalizados. El recibo de la luz empieza ya a andar por este camino. La sanidad también se mueve en este sentido.

Y eso es factible porque el mundo de los datos —de los big data—, de su acumulación y análisis, está a la vuelta de la esquina. Y es este mundo el que ayudará a individualizar en grado sumo nuestra circunstancia vital. Los datos que iremos dejando con nuestra huella digital y con la huella de los aparatos informatizados (ahí el papel importantísimo de la internet de las cosas (Internet of things) —es decir de nuestras dispositivos y máquinas que estarán enviando señales al mundo digital y a los receptores digitales) se irá creando nuestra sombra digital y a partir de ella, las ofertas personalizadas, los precios personalizados, las dietas personalizadas, las recomendaciones médicas personalizadas, y todo un abanico de propuestas, que hoy son aleatorias, las iremos recibiendo primeramente con sorpresa pero más adelante con fruición. Nos llegará aquello que nos interesa y a un precio adecuado a nuestras posibilidades y actividades.

Por continuar con los seguros de los coches. Se terminará con la cuota universal. Se dará por fin respuesta detallada al omnipresente interrogante de por qué todos han de pagar la misma cuota sea cual sea su talante a la hora de conducir un coche. Muy pronto, a partir de los datos recogidos por los distintos sensores que llevará el vehículo —datos captados tecnológicamente que llegarán a los data center de las empresas de seguros de coches— las compañías adaptarán las tasas al tipo de ejercicio viario que cada uno ejerza. Pero no quedará el cambio sólo en este ámbito.

Todos y cada uno de los aspectos vitales que nos rodean y que nos influyen tenderán a esa personalización. Y uno de los más importantes estará, también, en los estudios; en la educación. Se terminará con la clase magistral y la inercia de explicar lo mismo para todos. Pronto, mediante ingenios informáticos, que se basarán en la inteligencia artificial, la educación se acercará al joven estudiante con una panoplia de persuasiones culturales que le llevarán con facilidad hacia focos de su interés con lo cual aumentará su esfuerzo y el estudio consciente y voluntario. Se acabará con el aburrimiento en las aulas. Ahora con las indicaciones educativas personalizadas se podrá estimular el cerebro de nuestros muchachos y, a la vez, abrirles nuevas e interesantes perspectivas que les dejarán sin aliento, debido al ardor deliberado que dedicarán. Chicos y chicas dejarán de ser del montón, apáticos, grises, y gracias a la personalización empezarán a adquirir una identidad estudiantil y, posteriormente, profesional que, si se compara con otros tiempos, serán dignos de envidia.

En esta época —el presente— donde abundan las profecías apocalípticas —el miedo a un mundo con robots, inteligencia artificial y automatización de las industrias, etc.—, que amenazan con grandes cantidades de personas sin trabajo y con pocas capacidad de supervivencia en el nuevo mundo laboral, si se examina la otra cara de la moneda, que es este mundo personalizado, se verá que hay auténticas salidas profesionales. Y muchísimo trabajo que ofrecer y ejercer.

Este distinto y distante mundo personalizado, tomemos nota, precisará profesionales muy bien preparados para poder atender a cada uno de los potenciales clientes —que somos todos. Esta nueva etapa es un paso adelante. Hasta ahora la tecnología había ido penetrando en el mundo industrial. En adelante, empezará a orientarse hacia el mundo personal. Hay, en potencia, muchísimo trabajo por realizar, pero también se necesitará una alta formación profesional. Nunca nada grande se hizo ni se ha hecho sin esfuerzo. He ahí la palabra clave de nuestra época.