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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Los Big Data en un horizonte cercano

Un mundo donde la información es poder
Se ha escrito que cada época tiene su eje de desarrollo y al mismo tiempo en la propia época nace lo que hará estallar el globo económico en que se había recluido, volviendo a reiniciarse el crecimiento ahora desde otra vertiente. A inicios del siglo XX —para no retrotraernos al siglo XIX con la aparición de las locomotoras y el hundimiento de toda la artesanía y servicios que giraban alrededor de caballos, carruajes, caminos y carreteras de barro— la aparición de los automóviles supuso la irrupción de nuevas empresas. Poco después de la posguerra europea, la economía de consumo acarreó un nuevo empuje económico. La borrachera económica y una visión infantil de las finanzas —alargar más el brazo que la manga, que decimos en catalán—, fue lo que ha ido firmando las actas de defunción de una época. A finales del siglo pasado, con la aparición de los ordenadores personales y las tecnologías asociadas a Internet se dio nueva savia económica. Ahora la herramienta asesina del presente tiene también carácter tecnológico. Y esta herramienta —la de los big data— es la que provocará otro cambio, dejando atrás la visión ingenua que tenemos del presente. 
Las 'grandes datos' y la capacitación científica de datos que pueden llegar a tener las empresas, será lo que procurará un gran cambio y en especial en los primeros países que se sitúen en este nuevo umbral que se vislumbra en un horizonte no muy lejano.
Las grandes empresas, casi de manera sigilosa, están trabajando para acercarse a los mejores científicos de datos —los intelectuales en este campo son los data scientist— ya que saben que en un inmediato futuro la ciencia de datos será capital.
Los datos son riqueza para quien que sepa extraer el mineral de este magma. Los data scientist son los ingenieros que pueden sumergirse dentro de este pozo de riqueza para poder ir extrayendo los filones que se vayan necesitando según requiera el mercado de los data. Porque los datos aportarán mucha información —riqueza— para diversos tipos de empresa —por no decir cualquier empresa que exista en la próxima década.
Este volumen de datos se obtiene indirectamente en el curso normal de interrelación de cualquier visitante o consumidor que acceda a cualquier ámbito digital (y a cualquier ámbito del mundo físico —en un mundo que estará plenamente detectado con chips RFID y dispositivos sensores procedentes de lo que se etiqueta como Internet of things). Esto los proveedores y distribuidores de productos lo tienen muy a mano —desde el supermercado semanal que frecuentamos y que, si es sagaz, sabe lo que vamos comprando según la época del año y puede prever qué compraremos la próxima semana, hasta los webs de e-commerce, que saben con todo detalle de qué web provenimos, cuántos minutos hemos estado en una página determinada de su web, qué productos hemos examinado, y cuantas veces al mes la hemos visitado. Toda esta información se obtiene a la hora de vender o presentar sus productos online. Los futuros coches smart, sabrán cómo conducimos, los kilómetros y velocidades alcanzadas, así como las rutinas de nuestra conducción. Las compañías de seguros de vehículos ya están preparando un abanico de propuestas adecuándolas a cada tipo de conductor. Eso es el big data y esa una de sus múltiples aplicaciones.
Las empresas de estudios indican que para el año 2015 habrá una demanda mundial de puestos de trabajo relacionados con los grandes datos que llegará a superar la cifra de 4 millones de personas. Y se teme que haya escasez, entre 140.000 y 190.000, de científicos de datos (data scientist), además de gerentes que sepan llevar adelante este tipo de empresas que apenas están surgiendo. No será extraño pues que la Universidad de Berkeley haya puesto en marcha un programa de maestría online dedicado a la ciencia de datos y que ofrece a los ejecutivos de las empresas para que puedan seguirlo desde su lugar de trabajo. IBM por su parte, se ha asociado con un millar de universidades de todo el mundo para ayudar a superar el déficit actual en habilidades sobre ciencia de datos.
¿Pero datos? ¿Qué datos? Las empresas —pequeñas o grandes— están acostumbradas a utilizar la información que tienen, relativa a las ventas o servicios, de un período determinado: un trimestre, por ejemplo. Y a partir de ello pueden generar proyecciones de mercado. ¿Qué habrá que hacer? ¿Qué debemos mejorar? ¿Hacia dónde tenemos que orientarnos? ¿Qué productos habrá ofrecer? Son algunos de los interrogantes que se plantean casi constantemente. Ahora, sin embargo, se habla de que hay que centrarse en los datos como un recurso en sí mismo. Y luego, según necesidades empresariales, ofrecer aquella línea de información que una compañía precise. Y esto es muy nuevo.
No es ningún descubrimiento decir que en la economía digital la información es poder. Y los datos tienen su parte en ello. Y esta información que queda almacenada en las dispares navegaciones por el mundo digital, por las calles de las webs, en los likes de las redes sociales, en los tweets… Toda huella que dejamos mientras circulamos por el mundo virtual, ya lo hagamos con el smartphone, el ordenador o la smart TV. (Y pronto con la nevera inteligente dotada de sensores que se comunicarán con el supermercado indicando qué cosas se irán pronto a recoger...). Datos, datos y datos. Es decir, indicadores de tendencias, gustos, aspiraciones; casi la respiración de los visitantes y consumidores que están online. 
A partir de millones de datos —recurso que es peligroso ignorar— se puede empezar a buscar patrones, algunos de los cuales pueden llegar a ser tan valiosos que pueden servir para impulsar hacia adelante el propio negocio.
Por otra parte, existen las bases de datos públicas a las que se puede acceder de forma gratuita, como Data.gov. Así es fácil para una industria puntera acceder a estos datos, trabajarlos y buscar correlaciones con las tendencias económicas más amplias. Y a partir de ello hacer predicciones más precisas que pueden servir para tomar decisiones menos arriesgadas.
El reto está, principalmente, en los gerentes de las grandes empresas —aunque no impide que las medianas o pequeñas también tengan las mismas posibilidades de entrar en esta nueva competición. Estos deberán de adaptarse a una nueva forma de pensar, olvidándose de la rutina y las convenciones. Hasta ahora el enfoque tradicional era seguir paso a paso, y hacer una planificación a medio plazo. Ahora habrá que ser mucho más ágil, ya que se tendrán datos en tiempo real y habrá que buscar patrones rápidamente para prever y actuar sensatamente. Los datos están ahí, lo que hay que hacer es trabajar cuidadosamente.
A este respecto, se empieza a ver una brecha cada vez mayor entre las empresas que pueden moverse en el mundo de los big data y las que no. Si uno quiere competir en el futuro —un futuro muy cercano— es hora de lanzarse al mundo de los datos y comenzar ya mismo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

La Internet de las cosas

Se denomina la Internet de las cosas a la red digital que se puede establecer con cualquier objeto cotidiano al que se le ha implementado algún rasgo detectable electrónicamente. Estos objetos, que quedan enmarcados en una especie de red inalámbrica, pueden establecer comunicación entre ellos y de forma autónoma. Este es el nuevo paso que se dará, casi con toda probabilidad y con empuje, el próximo año.

La impregnación digital de los objetos, con ayuda de etiquetas RFID o de códigos QR, además de la introducción de componentes inteligentes programables y con detección mediante sensores, comportará, sin duda, un cambio extraordinario en el mundo que nos rodea, facilitándonos las cosas en tanto que usuarios y añadiendo valor a las operaciones laborales así como a los trabajos cotidianos —entre los cuales hay que subrayar el ahorro de tiempo, la localización de los objetos y la programación de operaciones para que ellos interactúen sin nuestra presencia.
A pesar de la lentitud, en algunos países, de la introducción de las etiquetas inteligentes (RFID y QR), la percepción a escala global es que la IoT (Internet of Things) está ya a la vuelta de la esquina. Y cuando se dé el salto, la rapidez de su introducción será equivalente a la de la telefonía móvil que hemos conocido.
Unos de los terrenos que puede servir como suave introducción de estos objetos "inteligentes", algunos llamados spimes, es el de los juegos clásicos. 
Este conejo, que responde al nombre de Nabaztag, es localizable aquí.  
Un sitio más profesional para acceder a este nuevo mundo que nos espera es Pachube

En esta plataforma se puede obtener información y ejemplos para implementar estos cambios digitales. 
Sin embargo, no es necesario tener conocimientos de ingeniería para entrar en este mundo de una manera semiprofesional. Véase el siguiente vídeo para obtener una aceptable visión sobre lo que estamos tratando...

Un nombre que aparece asociado a esta tecnología y que está apareciendo estos días en los papeles digitales es el de Rafi Haladjian. Con su nueva start-up, Sen.se, Haladjian está catapultando una serie de aplicaciones y ambientes, para dar cabida a todas las inquietudes que quieran acercarse a este nuevo territorio de impronta digital.
La Internet de las cosas está, pues, aquí. Que su implantación sea más o menos rápida depende de cada uno de nosotros.

martes, 23 de noviembre de 2010

Apuestas, lagunas y atrevimientos en la política digital catalana

Barcelona —y por ello Catalunya— está inmersa en una campaña electoral para colocar en sus máximos órganos de gobierno, a los dirigentes que deberán de orientar el país durante los próximos 4 años. Realmente Barcelona, Catalunya, España y Europa están inmersas en una auténtica revolución aunque tal vez muchos sectores de estas comunidades aún no se han dado por enterados (y menos aún, ¡ay!, su clase dirigente —aspirante o en ejercicio).

Estamos hablando de la revolución digital (y de su hermana menor, pero creciendo con rapidez, la revolución de los autómatas). Desde esta óptica, este bloguista ha querido examinar con algún detenimiento los planteamientos de los aspirantes respecto al mundo digital. He aquí algunos de los puntos que puede ser válido remarcar.

El Partit Socialista (PSC) dedica a la Societat Digital 3 páginas y media de su programa electoral; Convergència i Unió (CiU) habla de las Tecnologies de la Informació i la comunicació en 2 páginas, Esquerra Republicana (ERCdedica 4 páginas a la Societat de la informació y el Partido Popular (PP), en cambio, parece estar a la última cuando encabeza sus 4 páginas bajo el rótulo de Una nueva revolución industrial.

Los grandes partidos (PSC, CiU, PP i ERC) coinciden, a grandes rasgos, en la necesidad de continuar la tarea de acercar el mundo de las TIC a la ciudadanía. Donde aparecen matices diferenciales es sobre quién recaerá el peso de arrastre de lo digital. Muchos lo centran en las instituciones político-administrativas. Veámoslo:
El PSC apunta que...
ERC por su parte indica que...
Dejemos de lado el hecho de que unos encuentren más sedes administrativas que los otros, en todo caso, quien ha de digitalizarse con esmero es la Administración. 
Es el PSC el que explicita con claridad su objetivo fundamental a este respecto, y dice que...
También este partido, el PSC, continuando su espíritu paternalista, considera relevante mencionar que…
Aunque también subraya que…
El PP, por su parte, pone el acento en la sociedad civil y mantiene que…
Y añade que…
Con respecto a la población, los aspirantes al gobierno catalán prometen que aquella tendrá un mejor sistema de acceso, unos precios más asequibles, etc.
Así, ERC afirma que...
El PSC no duda en considerar que...
CiU remata que...
La preocupación por las infraestructuras también está en el orden del día.
Para CiU las promesas se centran en que...
ERC dedica muchas más referencias a la cuestión de las infraestructuras.
Tener presencia en el mundo digital —existir, realmente— también llena algunos párrafos de los distintos programas, donde los deseos, sueños o desconocimientos suben de temperatura.
ERC, casi con la pretensión de igualar el propio país con Corea del Sur, apunta que…
CiU, más moderada, se decanta por decir que…
El PP, en una línea parecida, aspira a...
Respecto a la educación y formación en TIC, también los políticos se pronuncian.
CiU añade que:
Y, para no ir con paso cambiado, recuerda que…
El PSC no deja sin mostrar su caballerosa preocupación por las mujeres TIC...
La formación ERC, un poco más atrevida, se pronuncia por…
El PP, por último, se decanta por...
Todos ellos, por lo demás, no dejan de hacer mención al papel que las empresas han de tener en el mundo de las TIC. Puede accederse a los respectivos programas electorales aquí: CiU, ERC, PSC, PP.
¿Qué hemos echado en falta?
Respecto a lo ausente, cabe decir que en los programas electorales, en todo caso, en las páginas dedicadas al mundo TIC, no se hace mención alguna a lo que está a la vuelta de la esquina. Por ejemplo...
  • Tampoco se hace referencia a la soterrada revolución que tiene por centro la tecnología RFID.
  • Dudamos que haya llegado a sus oídos la apuesta por una ciudad digital como será dentro de muy pocos años Beijing.
  • Permanecemos también en la duda respecto a si les han llegado noticias sobre el clamor de Obama en favor de una enseñanza que promocione a gran escala las STEM (Science, Technology, Engineering & Math).
  • Qué decir del Cloud Computing y de la inminente virtualización de todo tipo... Y qué de la robótica... Aunque hay quien hace proclamas en pro de crear un Centro de Excelencia de Programación y no se ahorran cantatas a favor del software Open Source, hechos que en los actuales tiempos de Google, Apple y Microsoft, entre otros colosos, suena a sueños de juventud o a despiste de época. 
  • Muy pocos son los que hacen mención a lo que se califica como nueva revolución industrial...  
  • Y escasas o nulas son las referencias sobre las nuevas profesiones que, con rasgo digital, a cinco años vista el mercado demandará.
Quizás debido a limitaciones digitales como estas, entre la ciudadanía aún hay quien piensa que mientras tengamos la Sagrada Familia y el FC Barcelona, el viento siempre soplará a favor.

lunes, 20 de septiembre de 2010

STEM o como no quedar en la cuneta digital

STEM son cuatro letras que encierran  la máxima preocupación de un pais, USA, que esta viendo que su futuro está en la cuerda floja. En el vértigo del desplome educativo, por la falta —o la renuncia— de sus estudiantes al esfuerzo intelectual. Estas siglas —STEM— son las marcas del futuro de cualquier país con los ojos abiertos y dos dedos de frente: Science, Technology, Engineering & Math (STEM) — Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Si no se encarrila a los estudiantes hacia estas materias, el fracaso tecnológico del país está cantado y sólo la cuneta digital lo acogerá en su seno. Así son los imperativos de la historia inmediata.
Ciencia y tecnología o fracaso digital. Es una opción sin terceras partes (tertium non datur). La digitalización —la presencia de aparatos,  dispositivos, y las futuras herramientas o la inmediata proliferación de las incrustaciones digitales —como la RFID o el código QR— podría ser comparada al descubrimiento de la pintura. Desde hace milenios con la pintura se ha decorado, con mejor o peor arte,  viviendas y palacios.

Todas las viviendas desde hace siglos han recibido el tamiz de la capa de pintura, con mayor o menor detalle. La digitalización de las cosas, y en muchos casos de procesos, es y será la pintura de nuestra época. Si un país no se dota de artistas capacitados en estas artes, este país esta condenado a quedar en el margen de la historia, como simple figurante en un pase de dos minutos en una película de tres horas.
La anterior comparación nos ayudará a entender que si nuestros antepasados todo lo podían pintar -casas, escudos, muebles, estatuas... - en el presente y sobretodo en el inmediato futuro todo se podrá digitalizar y habrá que contar con personal competente. Ante la duda, veamos un ejemplo de proceso a digitalizar. En el móvil tendremos siempre automáticamente actualizada la lista de lo que falta en nuestra nevera. Esto ya es técnicamente factible: RFID y transmisión automática. Si se considera oportuno, esta lista llegará al supermercado y sólo deberemos de acercarnos al mismo y recoger simplemente el pedido.
¿Cómo fabricar tecnólogos? Aquí aparece el programa potenciado por el presidente Obama al cuál se están uniendo numerosas entidades y empresas. Obama, para bien de un país, no ha querido hacer oídos sordos a este grave problema. El programa STEM se piensa llevar adelante con una gran campaña de persuasión inteligente. Un país necesita esfuerzo intelectual, gente preparada. En suma, expertos en tecnología que permitirán que el país siga progresando. 
Esta estrategia educativa —el objetivo ya esta claro, las STEM— debería de ir acompañada de la proliferación de modelos culturales afines. Se ha estado demasiados años inculcando patrones culturales, a través de la TV y el cine, con un nivel que admiten pocos calificativos positivos.