STEM son cuatro letras que encierran la máxima preocupación de un pais, USA, que esta viendo que su futuro está en la cuerda floja. En el vértigo del desplome educativo, por la falta —o la renuncia— de sus estudiantes al esfuerzo intelectual. Estas siglas —STEM— son las marcas del futuro de cualquier país con los ojos abiertos y dos dedos de frente: Science, Technology, Engineering & Math (STEM) — Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Si no se encarrila a los estudiantes hacia estas materias, el fracaso tecnológico del país está cantado y sólo la cuneta digital lo acogerá en su seno. Así son los imperativos de la historia inmediata.
Ciencia y tecnología o fracaso digital. Es una opción sin terceras partes (tertium non datur). La digitalización —la presencia de aparatos, dispositivos, y las futuras herramientas o la inmediata proliferación de las incrustaciones digitales —como la RFID o el código QR— podría ser comparada al descubrimiento de la pintura. Desde hace milenios con la pintura se ha decorado, con mejor o peor arte, viviendas y palacios.
Todas las viviendas desde hace siglos han recibido el tamiz de la capa de pintura, con mayor o menor detalle. La digitalización de las cosas, y en muchos casos de procesos, es y será la pintura de nuestra época. Si un país no se dota de artistas capacitados en estas artes, este país esta condenado a quedar en el margen de la historia, como simple figurante en un pase de dos minutos en una película de tres horas.
La anterior comparación nos ayudará a entender que si nuestros antepasados todo lo podían pintar -casas, escudos, muebles, estatuas... - en el presente y sobretodo en el inmediato futuro todo se podrá digitalizar y habrá que contar con personal competente. Ante la duda, veamos un ejemplo de proceso a digitalizar. En el móvil tendremos siempre automáticamente actualizada la lista de lo que falta en nuestra nevera. Esto ya es técnicamente factible: RFID y transmisión automática. Si se considera oportuno, esta lista llegará al supermercado y sólo deberemos de acercarnos al mismo y recoger simplemente el pedido.
¿Cómo fabricar tecnólogos? Aquí aparece el programa potenciado por el presidente Obama al cuál se están uniendo numerosas entidades y empresas. Obama, para bien de un país, no ha querido hacer oídos sordos a este grave problema. El programa STEM se piensa llevar adelante con una gran campaña de persuasión inteligente. Un país necesita esfuerzo intelectual, gente preparada. En suma, expertos en tecnología que permitirán que el país siga progresando.
Esta estrategia educativa —el objetivo ya esta claro, las STEM— debería de ir acompañada de la proliferación de modelos culturales afines. Se ha estado demasiados años inculcando patrones culturales, a través de la TV y el cine, con un nivel que admiten pocos calificativos positivos.
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