Hoy, con motivo de una conferencia en la sede de la UOC en Tortosa, aparece una entrevista mía en catalán que es una buena síntesis de las respuestas, que traducidas, presento a continuación.
¿Por qué es importante el posicionamiento en la red?
El posicionamiento en Internet está relacionado con ser visible o permanecer invisible a los posibles clientes de nuestro negocio online. Hay tiendas (¡y también hoteles!) que solamente han colgado su web y ya creen que con eso es suficiente para que se acerquen los clientes. En Internet hay herramientas que nos muestran claramente la existencia de errores como esos; es decir, negocios online invisibles.
La tarea del posicionamiento —que es el trabajo del SEO— consiste en procurar que una web —la mayoría de sus páginas web— aparezca en los primeros resultados de búsqueda, en un buscador. Así, hay muchas posibilidades que sea conocida esta web, que tenga visitas i que de estas, algunas o muchas se conviertan en clientes.
Hacerte visible es importante, pero también lo es la reputación. ¿Es así?
La visibilidad es un tema relevante para las tiendas y servicios online. La reputación es un concepto que alcanza no sólo a los negocios (¡se ha de cuidar la marca!), sino que también puede afectar a cualquier ciudadano que tenga una presencia en el mundo virtual.
Así como a un negocio online le interesa tener buena fama —obtener y mantener un gran prestigio—, también a cualquier persona que se mueve por Internet —que está en el Facebook o en el Twitter— ha de cuidar mucho lo que dice y cuelga online, ya que está dejando marcas biográficas que con posterioridad, en algunos casos, pueden tener efectos no deseados.
¿Hemos de dejar de lado los algoritmos y dedicarnos principalmente a querer más nuestro producto?
Cuando hablamos de algoritmos estamos dentro del sistema de funcionamiento de los buscadores a la hora de poner en orden los millones de páginas web que existen y que nos muestran cuando hacemos una búsqueda, por ejemplo en el Google. Si examinamos nuestra conducta habitual, en estos casos, nunca llegamos a examinar los resultados de la página 5 del buscador. Y muchas veces, ni de la tercera ni de la segunda. Hacemos clic simplemente en los primeros resultados que nos ofrece la primera página.
Así que, si tenemos un
negocio online, nos interesa aparecer pronto en la primera página. Y con un
buen SEO, hay empresas que después de 4 meses de existencia online, ya aparecen
en la página cuarta de un listado de miles de páginas; con un poco más de tiempo,
en la segunda y finalmente en la primera.
Eso no ha de impedir querer nuestro producto. Si hacemos un buen producto, bien elaborado, es muy probable que nos guste mucho que la gente se interese por él. Ahora bien, este artículo ha de tener en cuenta una serie de factores básicos: innovación, utilidad, necesidad, economía y deseo. Si en este producto concurren muchos de estos factores, seguro que tiene carrera y será reclamado por nuestros futuros clientes.
¿Cree que falta comunicación entre departamentos en las empresas? ¿Más implicación en los procesos de cualidad significa mejoras en marketing?
Es fundamental que en las grandes empresas con diversos departamentos, cada uno de los cuales está orientado a desarrollar tareas específicas, existan puntos comunes de encuentro y, sobretodo, en diversos momentos de la creación de un proyecto o de su modificación. Entonces este proyecto podrá ser receptor de los interesantes matices de las diversas perspectivas procedentes de los diferentes departamentos.
Ahora bien, también hay que evitar que uno de los departamentos —¡algunas veces puede ser el de marketing!— se exceda y se genere un producto que no tenga salida en el mercado. En el mundo de la tecnología digital hay muchos ejemplos de este tipo de fracaso. ¿Windows 8 podría servir de ejemplo?
Hay gente que últimamente comenta que está saturada de la información que le llega por las redes y por Internet en general. ¿Qué le diría?
Internet es una mina llena de información; de información de todo tipo; de diversa cualidad y categoría.
En Internet, de igual forma que en el mundo físico, es puede aprovechar el tiempo (y la información) o perderlo. De la misma manera como en la vida cotidiana diferenciamos entre días laborables y días festivos, habría que saber distinguir también dos usos de Internet: la Internet profesional (con la tarea de acaparar información para mejorar cultural y profesionalmente) y la Internet festiva (donde compartir fotografías, inquietudes, anécdotas, con las amistades; de la misma forma que en la terraza de un bar del mundo real hacían nuestro abuelos y padres y que, algunas veces, aún se hace...).
Cuando hablamos de algoritmos estamos dentro del sistema de funcionamiento de los buscadores a la hora de poner en orden los millones de páginas web que existen y que nos muestran cuando hacemos una búsqueda, por ejemplo en el Google. Si examinamos nuestra conducta habitual, en estos casos, nunca llegamos a examinar los resultados de la página 5 del buscador. Y muchas veces, ni de la tercera ni de la segunda. Hacemos clic simplemente en los primeros resultados que nos ofrece la primera página.
Eso no ha de impedir querer nuestro producto. Si hacemos un buen producto, bien elaborado, es muy probable que nos guste mucho que la gente se interese por él. Ahora bien, este artículo ha de tener en cuenta una serie de factores básicos: innovación, utilidad, necesidad, economía y deseo. Si en este producto concurren muchos de estos factores, seguro que tiene carrera y será reclamado por nuestros futuros clientes.
¿Cree que falta comunicación entre departamentos en las empresas? ¿Más implicación en los procesos de cualidad significa mejoras en marketing?
Es fundamental que en las grandes empresas con diversos departamentos, cada uno de los cuales está orientado a desarrollar tareas específicas, existan puntos comunes de encuentro y, sobretodo, en diversos momentos de la creación de un proyecto o de su modificación. Entonces este proyecto podrá ser receptor de los interesantes matices de las diversas perspectivas procedentes de los diferentes departamentos.
Ahora bien, también hay que evitar que uno de los departamentos —¡algunas veces puede ser el de marketing!— se exceda y se genere un producto que no tenga salida en el mercado. En el mundo de la tecnología digital hay muchos ejemplos de este tipo de fracaso. ¿Windows 8 podría servir de ejemplo?
Hay gente que últimamente comenta que está saturada de la información que le llega por las redes y por Internet en general. ¿Qué le diría?
Internet es una mina llena de información; de información de todo tipo; de diversa cualidad y categoría.
En Internet, de igual forma que en el mundo físico, es puede aprovechar el tiempo (y la información) o perderlo. De la misma manera como en la vida cotidiana diferenciamos entre días laborables y días festivos, habría que saber distinguir también dos usos de Internet: la Internet profesional (con la tarea de acaparar información para mejorar cultural y profesionalmente) y la Internet festiva (donde compartir fotografías, inquietudes, anécdotas, con las amistades; de la misma forma que en la terraza de un bar del mundo real hacían nuestro abuelos y padres y que, algunas veces, aún se hace...).
¿Cómo nos cambiará como personas este paradigma tecnológico? ¿Hacia dónde evolucionaremos?
Hay un libro de Thomas Friedman, The World Is Flat (El mundo es plano), que recomiendo leer, en el cual se indica que en la actualidad nos encontramos en un cambio tan revolucionario como lo fue el descubrimiento de América por parte de Colón. En aquel caso, como ahora, cambió completamente la perspectiva que tenía la gente sobre el mundo.
Internet y la revolución de las TIC, si se examina a fondo, está cambiando —querámoslo o no— nuestro mundo. Ahora bien, estamos solamente en la prehistoria de este cambio tecnológico. El próximo paso será la robótica que tendremos por casa y que responderá a nuestras órdenes verbales.
Con Internet y las redes sociales, las distancias han desaparecido y el tiempo casi siempre es presente. Tu puedes ayudar, con un tweet, a gente que está a miles de kilómetros de distancia, pasándole una información relevante. El mundo cada vez es más plano. Están desapareciendo las fronteras entre la gente. El cosmopolitismo clásico —sentirse ciudadano del mundo— parece estar cada vez más a la vista.
¿Internet nos ha abierto los ojos al mundo o nos ha encerrado en una habitación alienados por una pantalla?
Internet es una herramienta y como en toda herramienta, se puede hacer un buen o un mal uso. Y es preciso hacer un buen uso de ella por aquello de la supervivencia profesional.
Por otro lado, hay que interpretar Internet como un signo; un signo de un gran cambio de época. El mundo digital —la digitalización de los negocios, la automatización, etc., —que comporta la existencia de la informática y de los cada vez más potentes procesadores, provocará a corte plazo la desaparición de muchas profesiones, de igual forma como la revolución industrial en el siglo XIX y XX hizo desaparecer el sistema de trabajo artesano.
Ahora esta revolución digital que se está iniciando hará desaparecer muchos puestos de trabajo —los de más bajo requisito intelectual— y, por contra, exigirá gente mucho mejor preparada para llevar a término tareas asociadas y derivadas de esta digitalización de empresas y servicios.
Quien utilice solamente Internet como Internet festiva, o que no sepa darse cuenta de lo que ahora se precisa, quedará al margen y su situación no será muy ventajosa, por decirlo de una manera suave.
Hay que estar al tanto del momento histórico en que nos encontramos y dejar de mantener creencias y suposiciones que podían ser aptas en las últimas décadas del siglo XX, pero que ahora no lo son.
En la gran lucha competitiva por el posicionamiento en el futuro tech, hay mucha gente y mucha mejor preparada que los de aquí. Si la gente no se pone las pilas, este país pasará a ser un país momificado —es decir, un país que ha entrado en un lento declive.
Internet y la revolución de las TIC, si se examina a fondo, está cambiando —querámoslo o no— nuestro mundo. Ahora bien, estamos solamente en la prehistoria de este cambio tecnológico. El próximo paso será la robótica que tendremos por casa y que responderá a nuestras órdenes verbales.
Con Internet y las redes sociales, las distancias han desaparecido y el tiempo casi siempre es presente. Tu puedes ayudar, con un tweet, a gente que está a miles de kilómetros de distancia, pasándole una información relevante. El mundo cada vez es más plano. Están desapareciendo las fronteras entre la gente. El cosmopolitismo clásico —sentirse ciudadano del mundo— parece estar cada vez más a la vista.
¿Internet nos ha abierto los ojos al mundo o nos ha encerrado en una habitación alienados por una pantalla?
Internet es una herramienta y como en toda herramienta, se puede hacer un buen o un mal uso. Y es preciso hacer un buen uso de ella por aquello de la supervivencia profesional.
Por otro lado, hay que interpretar Internet como un signo; un signo de un gran cambio de época. El mundo digital —la digitalización de los negocios, la automatización, etc., —que comporta la existencia de la informática y de los cada vez más potentes procesadores, provocará a corte plazo la desaparición de muchas profesiones, de igual forma como la revolución industrial en el siglo XIX y XX hizo desaparecer el sistema de trabajo artesano.
Ahora esta revolución digital que se está iniciando hará desaparecer muchos puestos de trabajo —los de más bajo requisito intelectual— y, por contra, exigirá gente mucho mejor preparada para llevar a término tareas asociadas y derivadas de esta digitalización de empresas y servicios.
Quien utilice solamente Internet como Internet festiva, o que no sepa darse cuenta de lo que ahora se precisa, quedará al margen y su situación no será muy ventajosa, por decirlo de una manera suave.
Hay que estar al tanto del momento histórico en que nos encontramos y dejar de mantener creencias y suposiciones que podían ser aptas en las últimas décadas del siglo XX, pero que ahora no lo son.
En la gran lucha competitiva por el posicionamiento en el futuro tech, hay mucha gente y mucha mejor preparada que los de aquí. Si la gente no se pone las pilas, este país pasará a ser un país momificado —es decir, un país que ha entrado en un lento declive.
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